Los efecto beneficiosos de la L-carnitina

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La L-carnitina es un compuesto orgánico natural sintetizado por el organismo en el hígado, los riñones y el cerebro que ha ganado popularidad entre los deportistas en los últimos años por su capacidad para quemar grasas. Pero no es su única ventaja para la salud.

Rejuvenece. Científicos de la Universidad de California en Berkeley (EE UU) demostraron que una combinación de L-carnitina y ácido lipoico (un antioxidante) aumenta los niveles de actividad, la disponibilidad de energía y la función cognitiva en ratas ancianas. En concreto, tras ingerir este suplemento los animales se volvieron dos veces más activos y mejoraron considerablemente su orientación, memoria y rendimiento cognitivo, igualando a los animales de mediana edad.

Contra la obesidad y la diabetes. Los suplementos de carnitina suministrados a animales obesos aumentan la capacidad de sus células de quemar energía y les ayudan a eliminar el exceso de glucosa en sangre, un síntoma propio de la diabetes y la prediabetes, tal y como se podía leer hace poco en un trabajo publicado en la revista Journal of Biological Chemistry.

Corazón sano. Consumir L-carnitina mejora significativamente la salud cardíaca en pacientes que han sufrido un ataque al corazón, tal y como se desprende de un trabajo publicado hace poco en Mayo Clinic Proceedings. Los resultados, basados en el análisis de ensayos controlados, asocian la L-carnitina con una reducción del 27% la mortalidad por todas las causas y una disminución muy significativa de las arritmias (65%) y las anginas de pecho después de un ataque al corazón.

Adiós a las estrías. Científicos de la Universidad de Sevilla  acaban de patentar el uso de la L-carnitina para el tratamiento de estrías y cicatrices. Según los investigadores, es la primera vez que se establecen las bases científicas para desarrollar un producto cosmético que reconstruya la rotura de la trama proteica de la dermis, causante de las estrías. Según María Rosa Jiménez-Castellano coautora del trabajo, las estrías son un desgarro de la dermis, generalmente producidas por rotura de las fibras de colágeno cuando no tienen la elasticidad suficiente para soportar una variación del volumen de los tejidos subyacentes. Las fibras estructurales y elásticas con claves en el mantenimiento de la estructura y elasticidad de la piel durante toda nuestra vida, y la L-carnitina las reconstruye.

via: muyinteresante.es

La polución afecta más al corazón que la cocaína

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La contaminación del aire provoca más ataques al corazón que la cocaína. Es una de las conclusiones de un artículo publicado en la revista The Lancet, que recuerda la importancia de este problema, cuando Madrid ha vuelto a superar los límites de emisiones nocivas.

El estudio, llevado a cabo por un equipo de varios centros de investigación belgas, afirma que la contaminación del aire aumenta el riesgo de desencadenar un ataque al corazón un 5%, mientras que la cocaína aumenta el riesgo 23 veces. Sin embargo, dado que toda la población está expuesta a la contaminación del aire, y sólo una pequeña fracción (0,02%) está expuesta a la cocaína, la contaminación del aire provoca muchos más ataques cardíacos que la cocaína.

Los investigadores han calculado también el riesgo relativo de diversos productos que aumentan las probabilidades de sufrir un ataque al corazón, así como la fracción atribuible a la población (FAP) de cada uno, es decir, la proporción de ataques de corazón que se estima causados por dichos desencadenantes.

En este sentido, la mayor FAP se apunta a la exposición a los gases contaminantes del tráfico (7,4%), seguido del esfuerzo físico (6,2%), el alcohol (5,0%), el café (5,0%), la contaminación del aire por partículas pesadas (4,8%), las emociones negativas (3,9%), la ira (3,1%), la comida pesada (2,7%), las emociones positivas (2,4%), la actividad sexual (2,2%), el consumo de cocaína (0,9%), fumar marihuana (0,8%) y las infecciones respiratorias (0,6%).

El tabaquismo pasivo no se incluyó en el estudio, pero los autores creen que la FAP es probable que sea similar al de la contaminación del aire exterior. Además, hay evidencias de que la prohibición de fumar en público ha reducido el número de ataques al corazón en un 17%. Por ello, los investigadores reclaman más medidas en esta línea, para mejorar la calidad del aire y proteger la salud de los ciudadanos.

via: quo.es

Los refrescos dietéticos son malos para el corazón

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Tomarse todos los días refrescos de dieta, sin calorías, aumenta el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, como un ataque al corazón o derrames cerebrales, en un 61%. Así lo ha señalado una investigación presentada en la última Conferencia Internacional de la Asociación Americana de enfermedades cardiovasculares.

El estudio, realizado por investigadores de las Universidades estadounidenses de Columbia y Miami, encabezados por la doctora Hannah Ellen Gardener, añade una nueva evidencia de la relación entre bebidas dietéticas y enfermedades cardiovasculares.

Para realizar el estudio, se siguió el consumo de este producto por parte de 2.500 ciudadanos de Nueva York durante nueve años. Los investigadores descubrieron que quienes tomaban estos refrescos todos los días tenían un 61% de probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares frente a los que no tomaban.

Las reacciones no se han hecho esperar. La Asociación Americana de Bebidas ha afirmado que no hay evidencias científicas que apoyen la idea de que estos refrescos causen por si solos el incremento de enfermedades cardiovasculares.

Por su parte, el equipo de Gardener reconoce que todavía hay que averiguar por qué el uso de edulcorantes sin azúcar, como el aspartamo y la sacarina, está causando dicha incidencia y la cantidad exacta de lo que se considera inseguro. Ahora bien, sí que han estimado el riesgo de consumo diario, y recuerdan que muchas personas en EEUU beben hasta cuatro latas al día.

via: quo.es

El reloj que marca tu vida

¿A qué hora se engorda más? ¿Cuándo es mejor tomar un medicamento? ¿En qué minuto es más probable que sufras un infarto?

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Amanece, y por cada tic tac de reloj el locutor intenta agotar a velocidad de vértigo las noticias mañaneras. La radio sigue con su retahíla de palabras, empecinada con la debacle económica. No está el horno para bollos; tampoco nuestro corazón para demasiados sobresaltos. Este reloj interno que se afana por marcarnos el ritmo dice que a esta hora la probabilidad de sufrir un accidente cardiovascular aumenta un 40%. El riesgo mayor lo sufren quienes padecen hipertensión. No es casual. Al parecer, un cúmulo de circunstancias que involucran a la coagulación sanguínea y elevan de forma brusca la presión arterial en el momento de levantarse dan la señal de alarma.

Sexo ‘on time’

Despertar es un hecho fastidioso apaciguado al menos por el contento que dan nuestras hormonas sexuales. Ya sea como consecuencia de este fenómeno vascular o el apogeo de testosterona durante las horas previas, el pene se despierta casi siempre erecto, un gesto aún más agradable cuando el sexo empieza a dar algún que otro disgusto a causa de la edad. También la mujer multiplica por cinco sus niveles de estrógeno. Mientras, el cronómetro, siempre en sincronía con el exterior, rotula cada una de las escenas y cambios que se van produciendo en nuestro organismo a lo largo del día: metabólicos, fisiológicos, psicológicos o de cualquier otro tipo. Pero ¿cómo reconoce nuestro cuerpo la hora del día en que se encuentra?

Gen, no marques las horas

Con el boletín de la mañana, nuestros cuerpos se desperezan y lo hacen al son de otro tic tac inaudible que marca nuestro propio reloj biológico. Desde el primer instante, el cerebro organiza la información que recogen los ojos. Y dicen investigadores del Departamento de Oftalmología de la Universidad de Kansas (EEUU) que, aparte de los datos cotidianos, nuestra retina capta también del exterior valiosos apuntes sobre la intensidad de la luz que le sirven al cerebro para activar el metabolismo y las actividades bioquímicas y físicas oportunas. Es solo el preludio de una cadena incansable de procesos que se repiten cada 24 horas, desde que el cerebro ordena liberar cortisona para que nos despertemos hasta que la caída del sol impulsa el ciclo del sueño.

Darío Acuña Castroviejo, catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada, nos explica el complejo engranaje de nuestro reloj biológico: “Este dispositivo molecular, que se encuentra en los núcleos supraquiasmáticos (NSQ) del hipotálamo, expresa de manera rítmica los llamados genes reloj. Cada 24 horas estimula la producción de melatonina en la glándula pineal durante la noche, lo que hace que estemos sincronizados al ritmo luz-oscuridad de 24 horas. La cadencia de melatonina, que aparece en sangre y llega a todas las células, sirve como sincronizadora interna que traduce la información del fotoperíodo en una señal química, indicando a la célula la hora del día en que se encuentra. A su vez, cada célula de nuestro organismo tiene su propio reloj, que funciona esencialmente igual, pero de manera sincronizada con el reloj principal a través de la melatonina. Es un mecanismo que permite la sincronización perfecta entre todas las funciones del organismo”.
Pero el cuerpo humano no es esa máquina perfecta que parece. “Cualquier alteración genética en el reloj molecular”, indica Acuña Castroviejo, “perturba de manera significativa las funciones metabólicas circadianas. Eso ocurre cuando existe una desincronización circadiana, típico en los trabajos a turnos y alteraciones del sueño, y está cada vez más presente debido a la contaminación lumínica actual, que trastoca dicho reloj. Estas perturbaciones llevan a la obesidad, diabetes y cáncer, y favorecen los procesos neurodegenerativos”.

Según la Sociedad Española de Endocrinología, “no dormir las horas suficientes, tener horarios irregulares de comida y no mantener una actividad física regular, no solo pueden derivar en obesidad, sino también en diabetes, envejecimiento prematuro y en determinados trastornos psicológicos”. La Universidad de Murcia puso a correr a un grupo de jugadoras de rugby durante 45 minutos a las 8 de la mañana durante una semana, todos los días. Los resultados fueron excelentes para los ritmos de sueño, el despertar y la actividad a lo largo del día. Cuando retrasaron esta misma actividad a las 21:00 horas, el ritmo circadiano decayó. Las corredoras pasaban los días adormecidas y el sueño nocturno se fragmentó.
Las personas que duermen pocas horas producen más grelina, la hormona que despierta el apetito, y menos leptina, la que controla el hambre y la saciedad. Por lo tanto, consumen alimentos durante la noche y, como no hay actividad física, el riesgo de obesidad se dispara. De hecho, en adolescentes cada hora de sueño adicional se vincula con un menor índice de masa corporal, según investigadores de la Escuela Perelman de Medicina de la Universidad de Pensilvania.

Un ciclo cada vez más vertiginoso

Acuña cita también estudios que han demostrado el vínculo entre la cronodisrupción y el envejecimiento, la inmunidad innata y el estrés oxidativo: “La alteración de los ritmos circadianos, típica del envejecimiento, provoca un desequilibrio del sistema inmunitario que activa la inmunidad innata y da lugar a una reacción inflamatoria. Este ciclo va aumentando conforme cumplimos años; es una sucesión lenta, pero irreversible, que causa daño en todas las células y va acelerando la muerte celular y, en definitiva, el envejecimiento”. Ya sabíamos que la causa del envejecimiento es la inflamación crónica, pero la importancia de estos datos es que, por primera vez, se encuentra una causa a ese proceso inflamatorio: la alteración de nuestro reloj principal en el NSQ. “Por tanto”, añade Acuña, “restaurar la función circadiana es crítica para retrasar el envejecimiento y mejorar nuestra calidad de vida. La melatonina aquí desempeña un papel principal. Si revertimos su caída, volvemos a poner en marcha el reloj biológico y contrarrestamos el proceso inflamatorio”. La melatonina es el más potente antioxidante endógeno, y su administración a dosis adecuadas contrarresta el estrés oxidativo del envejecimiento y otras enfermedades.

Por último, la cronobiología ha abierto un filón en la investigación farmacológica, puesto que la sensibilidad de los organismos a la mayoría de los fármacos depende de la hora del día. “La aplicación de la cronobiología a la industria farmacéutica está permitiendo que los índices de curación de algunos tipos de cáncer mejoren modulando el suministro de quimioterapia según las horas de mayor sensibilidad a sus efectos tóxicos y las de mayor sensibilidad de las células tumorales”, explica Juan Antonio Madrid, responsable del Laboratorio de Cronobiología de la Universidad de Murcia. Esta estrategia permite aumentar las dosis en momentos de máxima tolerancia y disminuirla cuando se produce la mayor toxicidad.

También los complejos vitamínicos tienen mayor eficacia por la mañana, cuando se ponen en marcha muchos procesos metabólicos, y las cremas de rejuvenecimiento cutáneo deben aplicarse por la noche, cuando la proliferación celular es mayor.
Como concluye Juan Antonio Madrid: “La sucesión ordenada de estos ritmos diarios implica la existencia de una estructura temporal muy parecida a la sucesión metódica de notas en una partitura musical. El bienestar y ausencia de enfermedad de un organismo depende en buena medida de que se mantenga su estructura temporal, aunque generalmente no seamos conscientes de lo que esto supone”.

La dieta cronológica ideal

A primera hora: Hidratos de carbono, calcio y lípidos (leche, cereales, mantequillas, tostadas…). El cuerpo necesita energía.

A media mañana: Algo de hidratos y proteínas (un bocadillo pequeño de fiambre).

Comida: Hidratos para evitar la bajada de insulina. Proteínas (carne, pescado), verduras, cereales y frutas.

Cena: El organismo se ralentiza, también la digestión. Cenas muy ligeras y de fácil digestión

Prohibido atacar la nevera

Ocurren con nocturnidad y alevosía, y sin dar al cuerpo más ocasión de contraataque que almacenar grasa cuando el capricho se ha convertido ya en hábito. Según un estudio de la Universidad de Northwestwern, de Estados Unidos, y publicado en la revista Obesity, aquellas personas que ingieren alimentos después de la cena son más proclives a ganar peso, especialmente si padecen el síndrome del comedor nocturno o trabajan en turno de noche, condición que les obliga a comer a horas en que el cuerpo reclama sueño. Estos tentempiés a deshora alteran el ritmo de los adipocitos, y entonces la grasa y azúcares que deberían ser eliminados se retienen.

via: quo.es

Una manzana al día reduce el riesgo de muerte vascular

El viejo proverbio inglés de que una manzana al día mantiene alejado al médico («an apple a day keeps the doctor away») resiste el paso del tiempo.

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Una nueva investigación revela que tomar una manzana diaria a la edad de 50 años o más podría prevenir o demorar alrededor de 8.500 muertes vasculares como los ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares cada año en Reino Unido, una protección similar a administrar estatinas a todos los mayores de 50 años que no las están tomando ya.

Los autores del trabajo, publicado en la edición navideña de “BMJ”, concluyen que la recomendación de la ingesta de esa fruta es capaz de igualar el uso más extendido de la medicina moderna y, probablemente, con menos efectos secundarios. La investigación tiene en cuenta a las personas que ya están tomando de forma apropiada las estatinas para reducir su riesgo de enfermedad vascular y, por tanto, los científicos subrayan que ninguna persona que esté tomando actualmente estatinas debe dejarlas, aunque sí comer más manzanas.

Mediante el uso de modelos matemáticos de un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, estos expertos probaron cómo ese proverbio de 150 años podría compararse con el uso generalizado de las estatinas en la población británica. Los investigadores analizaron el efecto sobre las causas más comunes de mortalidad vascular que tenía la prescripción de una estatina en aquellos que no la estaban ya tomando o una manzana al día en todos los adultos mayores de 50 años en Reino Unido.

Los investigadores asumieron una tasa de cumplimiento del 70 por ciento y que la ingesta total de calorías se mantuvo constante y estimaron que 5,2 millones de personas son actualmente elegibles para el tratamiento con estatinas en Reino Unido y que a 17,6 millones de personas que actualmente no están tomando estatinas se las ofrecerían si llegaran a ser recomendadas como una medida de prevención primaria para todos los mayores de 50 años.

Estos científicos calcularon que la oferta de una estatina diaria a 17,6 millones de adultos más reduciría el número anual de muertes vasculares en 9.400, al tiempo que ofrecer una manzana al día al 70 por ciento de la población total de Reino Unido mayor de 50 años ( 22 millones de personas) evitarían 8.500 muertes vasculares. Sin embargo, los efectos secundarios de las estatinas significan que la prescripción de estatinas para todas las personas mayores de 50 años puedan conducir a más de mil casos extra de enfermedad muscular (miopatía) y más de 10.000 diagnósticos adicionales de diabetes.

Un modelado adicional mostró una reducción adicional del 3 por ciento en el número anual de muertes vasculares cuando se prescribieron la ingesta de manzanas o estatinas a todos los mayores de 30 años, aunque también se preve que se duplique la cifra de eventos adversos. «Este estudio muestra que pequeños cambios en la dieta, así como un mayor uso de las estatinas en la población pueden reducir significativamente la mortalidad vascular en Reino Unido», dicen los autores.

«Esta investigación da más peso a las llamadas para un mayor uso de medicamentos para la prevención primaria de la enfermedad cardiovascular, así como para perseverar en las políticas destinadas a mejorar la calidad nutricional de las dietas de Reino Unido», concluyen los autores de este trabajo.

via: sabervivir.es